Lea Aquí La Porción de
Escrituras
del Libro de Mormón
¡Bienvenidos
a la clase de hoy! Tenemos un hermoso tema para desarrollar hoy.
Me hubiera gustado poder presentar el video que la Primera Presidencia preparó
para la Sesión del Domingo por la Mañana de la Conferencia
de Abril de 1997. Afortunadamente tenemos el informe de la conferencia. Así
que los invito a leer y a recordar (para quienes estuvieron presentes) la
jornada heróica de los pioneros mormones.
Fe En Cada Paso:
La Heróica Jornada De Los Pioneros
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En una videograbación,
la Primera Presidencia visita seis lugares históricos y rinde tributo
a la fe de los pioneros Santos de los Últimos Días.
Liahona, Julio 1987, p. 70-72
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Narrador:
Presidente Gordon B. Hinckley
La heróica jornada de los pioneros
Santos de los Últimos Días comenzó en las riberas
del río Misisipí. Aquí, en Nauvoo, habían transformado
un pantano en una floreciente comunidad de comercio y hermandad. Pero Nauvoo
no sería su destino final; simplemente fue un lugar donde se detuvieron
por una temporada.
La severa persecución que había expulsado a los santos
de Misuri amenazaba nuevamente su vida y su ciudad. El profeta José
Smith y Hyrum fueron asesinados en la cárcel de Carthage el 27 de
junio de 1844; la vida en Nauvoo llegaba a su fin.
El domingo 1º de febrero de 1846 los
santos adoraron en la "Ciudad de José". Al día siguiente,
Brigham Young mandó a las familias a prepararse para salir tan sólo
con cuatro horas de anticipación.
El éxodo comenzó en medio
del extremo frío que hacía en ese crudo invierno; así,
muchos de los santos reunieron sus pertenencias y cerraron las puertas
de sus viviendas por última vez mientras se dirigían a lo
que se encontraba más allá del río y al oeste.
Ahora Nauvoo se encuentra en paz. Las viviendas y los mercados
se han restaurado con amor. Ése es el lugar que ejemplifica la industria
y el cometido; puedo percibir la valentía y la destreza de los santos
mientras edificaban una ciudad para Dios.
¡Cómo
se habrían sentido al dejar tanto detrás!, los campos que
habían cultivado, los árboles que habían plantado,
el templo que habían edificado. Los hombres, las mujeres y los niños
abandonaron sus hermosas casas, se subieron a sus carromatos y se dirigieron
jacia el río. Allí lo cruzarían y luego marcharían
lentamente sobre la tierra de Iowa, mirando una y otra vez lo que dejaban
a detrás y que nunca más volverían a ver.
El dejar Nauvoo fue
un acto de fe extraordinario, y los pioneros encontrarían muchas dificultades
por delante; pero tenían fe en sus líderes, y fe en el Señor
y en Su bondad. Fe en que, una vez más, Él guiaría
a Su pueblo hacia la tierra prometida; fe en que ellos no desfallecerían.
Entonces se dirigieron hacia lo inhóspito; su viaje se distinguió
por la fe en cada paso.
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Narrador:
Presidente Thomas S. Monson, Primer Consejero de la Primera Presidencia
La vía hacia el oeste fue lenta;
muchos no estaban bien preparados para la cruel jornada, y las temperaturas
heladas, la lluvia incesante y el lodo hasta las rodillas desafiaron hasta
el inmigrante más fuerte; se esforzaron por 131 días tan sólo
para cruzar el estado de Iowa.
Tal como
el ejército de Israel de antaño, ellos tenían su nube
de día y su columna de fuego por la noche. Como consecuencia de las
dificultades de Iowa surgió el himno que se canta de generación
en generación: "Santos venid, sin miedo, sin temor, mas con gozo
andad".
Al detenerse en Garden
Grove y en Mount Pisgah (región fértil y monte, respectivamente),
con el fin de establecer poblados temporarios para aquellos que les seguirían,
estos fieles pioneros continuaron avanzando hacia las orillas del río
Misuri y se detuvieron temporariamente durante el invierno.
Aquí, en Winter Quarters (poblado), Sión estaba literalmente
en el desierto. El presidente Brigham Young organizó a la gente y
reunió sus pocos recursos; aun así, a pesar de lo que pudieron
hacer, los campamentos se llenaron de enfermedad y de muerte.
Este monumento está ubicado sobre las tumbas de un niño
desconocido y de otros siete pioneros. Mi corazón se enternece profundamente
al darme cuenta del precio tan alto que tuvieron que pagar estos nobles santos,
al responder al llamado del Profeta de abandonar sus casas y de viajar hacia
el oeste.
Muchos
de ellos se esforzaron y perdieron tanto; en verdad, estos pioneros caminaron
una vía dolorosa y un sendero de lágrimas. El viaje había
culminado para ellos, pero sus nombres permanecen como testamentos de su
amor por la verdad y por la fe en el Señor.
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A la izquierda: "LOCALIZACIÓN DE LOS CAMPAMENTOS DE ISRAEL EN WINTER
QUARTERS"
A la derecha: "CEMENTERIO DE PIONEROS MORMONES A 1/3 DE MILLA AL OESTE"
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Narrador:
Presidente James E. Faust, Segundo Consejero de la Primera Presidencia
Cuando llegó la primavera, en ese
abril de 1847, el Quórum de los Doce, bajo la dirección de
Brigham Young, eligió con sumo cuidado una compañía de
vanguardia y dejó Winter Quarters partiendo con 143 hombres, 3 mujeres
y 2 jovencitos; 72 carromatos, 93 caballos, 19 vacas, 17 perros y algunas
gallinas.
Entre ese refugio y la promesa de Sión, existía una
vasta pradera y la cuenca del fértil río Platte, que fueron
su cordón de salvamento mientras se movilizaban hacia el oeste de
los Estados Unidos. Al marchar por Nebraska, registraron los kilómetros
que recorrieron y viajaron más allá de Chimney Rock (la Piedra
de la Chimenea), una formación solitaria que sobresale en la llanura.
En esta tierra salpicada
de las plantas conocidas con el nombre de salvias y de remolinos de polvo,
los cansados bueyes se movían pesadamente, crujían las ruedas
de los carromatos, los hombres y mujeres valientes avanzaban penosamente
y, en ocasiones, aullaban los lobos. Aún hoy se hallan las marcas de
su paso por el terreno. Los pioneros dejaron el río North Platte y
ahora siguieron el Sweetwater, un arroyo que cruzaron varias veces. 
Cuando acamparon en el redondeado afloramiento llamado Independence Rock,
unos pocos de estos viajeros del siglo diecinueve dejaron sus nombres en
las rocas de granito. Pasando Independence Rock, los carromatos bordearon
la Puerta del Diablo, un desfiladero profundo de la sierra y lugar que se
menciona con frecuencia en sus diarios. El camino pronto se hizo cuesta arriba
y se volvió más rocoso.
Arriba a la izquierda:
Chimney Rock
Medio: Devil's
Gate (La Puerta del Diablo)
Abajo: Rocky
Ridge
Aquí, en Rocky Ridge (una cumbre rocosa) estamos en terreno
santo. Este mismo lugar es uno de los puntos más elevados del camino
al oeste. Los pioneros que vinieron sobre esta loma se enfrentaron al desaliento,
algunos aun enfrentaron la muerte, mientras penosamente avanzaban cuesta
arriba por las afiladas pendientes. Tengo en mi mano un clavo de punta cuadrada
y una pieza de metal que se desprendieron de un carromato o de un carro de
mano debido al traqueteo. Imagínense enfrentarse a estas cumbres con
un carromato; después, imagínense hacerlo tirando un carro de
mano ...
Para algunos, la penosa
ascensión de Rocky Ridge sería fatal. Las compañías
de carros de mano Martin y de Willie, en 1865, fueron atrapadas en tempranas
tormentas cerca de esta cumbre; el rescate vino de Salt Lake, pero demasiado
tarde: cerca de doscientas vidas perecieron y la fría y profunda nieve.
Aquí, en este
lugar denominado Martín's Cove, (una especie de bóveda) se
refugiaron muchos pioneros durante aquellos momentos conmovedores y de angustia.
Un monumento conmemorativo honra a aquellos enterrados aquí por su
fe, mientras confrontaban tan enorme adversidad.
En el esfuerzo
heróico de los pioneros de los carros de mano aprendemos una gran
verdad: todos deben pasar por un fuego purificador; así, lo insignificante
y lo que no es importante de nuestra vida se derretirá, como la escoria,
haciendo que nuestra fe se mantega viva, fuerte e intacta. Parece que hubiera
mucho dolor, angustia, y a menudo, congoja en todos, inclusive en aquéllos
que buscan sinceramente hacer lo correcto y ser fieles. Aun así, éso
es parte de la purificación que se requiere para llegar a conocer
a Dios.
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Narrador: Presidente Thomas S. Monson
Con las montañas del río Wind
en el norte, la ruta pionera cruzó South Pass, el único paso
mayor que existía entre las cadenas montañosas y la ruta más
directa hacia la Gran Cuenca. Entrando por el norte de Utah, se movilizaron
lentamente por el cañón del Eco, un pasaje angosto flanqueado
por los acantildos sobresalientes de color rojo.
Este trecho final probaría la poca fortaleza que les quedaba.
Adelante se presentaba una escalada sucesión de cerro tras cerro y
de montañas en todas direcciones, y el corazón, lleno de entusiasmo
por estar tan cerca del final de la jornada, se desalentaba con frecuencia
puesto que la gente sabía que había sólo una dirección
que seguir: hacia arriba y adelante.
En esta elevada cima
a la que llamaron Big Mountain, los pioneros contemplaron por vez primera
su nuevo hogar, un valle montañoso resplandeciente en el lejano horizonte.
¡Qué gozo habrán sentido! Los innumerables sacrificios
y esfuerzos a lo largo del camino estaban por terminar; se podía ver
el Valle del Lago Salado. Aunque en el futuro quedaba mucho por hacer, habían
perseverado. Sus pies estaban cansados y
ellos estaban exhaustos debido a la fatiga, pero sus acciones se habían
puesto a la altura de su fe.
Big Mountain guarda
un lugar especial en mi corazón: un antepasado pionero, Gibson Condie,
pasó por esta cima para rescatar a los desamparados pioneros de los
carros de mano. Cuando el Profeta lo llamó, Gibson Condie viajó
hasta este mismo sitio en el riguroso invierno de 1856: la nieve tenía
cerca de 5 metros de profundidad en el camino. Cuán agradecido me
siento por este antepasado pionero quien, al dejar la comodidad de su hogar
y de su familia, arriesgó su propia vida para ayudar a aquellos que
necesitaban ayuda desesperadamente.
(Fotografía: Mormon Flats.
Desde ese lugar el sendero subía hasta Big Mountain.
En el paso los pioneros vieron el valle por primera vez)
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Narrador: Presidente James E. Faust
El presidente Young llegó al valle
el sábado 24 de julio. Estos pioneros habían venido de tan
lejos y dado tanto; el domingo hicieron una pausa para adorar y dar gracias
por haber llegado a salvo.
Llegaron "uno de cada
ciudad, y dos de cada familia" atravesando un contiente, a una nueva vida
en el desierto. ¿Qué otra cosa sino una divina Restauración
habría logrado tal empresa y requerido tal sacrificio? Habían
caminado con fe, sabiendo que Dios vive y Él sabía adónde
los dirigirían esos pasos.
Ahora, en este hogar
en el valle, renovaron sus fuerzas para las tareas futuras: había
que construir albergues, cultivar la tierra, plantar sus sembrados y construir
el templo.
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Narrador: Presidente Gordon B. Hinckley
Elevándose sobre
el valle del Lago Salado hay un cerro que tiene la forma de cúpula;
Brigham Young la había visto en una visión antes de que los
santos salieran de Nauvoo. Había visto un pendón descendiendo
sobre el cerro y escuchado la voz de José Smith que decía:
"Edifique debajo de este punto y prosperará y tendrá paz".
Apenas
llegó al valle, Brigham Young reconoció el cerro de inmediato.
En la mañana del 26 de julio de 1847, los hombres que con el tiempo
formarían la nueva Primera Presidencia, junto con varios miembros
de los Doce, subieron sus pendientes.
Este pequeño
grupo de líderes del sacerdocio contempló el valle que había
abajo: "Aquí es donde nos estableceremos", dijo el presidente Young,
"y en donde el Señor pondrá Su nombre entre Su pueblo".
Mientras
ahora estoy de pie en Ensign Peak (la Cima del Pendón) y veo el valle
que está abajo, me maravillo por la previsión de ese pequeño
grupo. Estos Profetas, vestidos de antaño, con ropas raídas
por el viaje, de pie, con sus botas gastadas después de más
de 1.600 km, hablaban de una visión milenaria: era algo intrépido
y audaz; era casi increíble.
Se encontraban aquí,
a más de 1600 km del poblado más cercano del Este y a casi
1300 km de la costa del Pacífico. Se encotraban en un clima que no
había sido probado; aquí nunca se había cosechado; no
se habían construido edificios de ninguna clase.
Eran exiliados, expulsados
de su hermosa ciudad en el Misisipí hasta esta región desértica
del oeste; pero posesían una visión extraída de las
Escrituras y de las palabras de la revelación: "Y levantará
pendón a las naciones, y juntará a los desterrados de Israel,
y reunirá a los esparcidos de Judá de los cuatro confines de
la tierra". (Isaías 11:12)
Este gran movimiento
pionero de hace más de un siglo continúa avanzando con los
pioneros de hoy día. Hoy, la sangre pionera fluye en nuestras venas
tal como en aquéllos que caminaron hacia el oeste. La esencia de nuestra
valentía es el enfrentar las montañas modernas y nuestro cometido
es el avanzar. La fe de esos primeros pioneros continúa ardiendo
y las naciones están siendo bendecidas por los pioneros de éstos,
los últimos días, quienes poseen una clara visión de
esta obra del Señor.
Las huellas que dejaron tan profunda
impresión en las planicies de los Estados Unidos dejan impresiones
similares en lso países del mundo ... desde Bélgica hasta Brasil
y desde Francia hasta las Filipinas. Paso fiel tras paso fiel, caminamos
juntos hacia un destino glorioso: edifocar el Reino de Dios en la tierra y
preparar la mente y el corazón de la gente de todas partes para que
vengan a Cristo, el Redentor y el Salvador del mundo.
Vista desde Ensign Peak
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¡Qué impresionante poder
meditar sobre las palabras de la Primera Presidencia! Su relato es muy detallado
y lleno de enseñanas simbólicas. En su estudio de D&C 136
van a poder ver las indicaciones que el Señor le dió al profeta
Brigham Young sobre la manera de organizarse para realizar el éxodo
hacia el oeste. Presten atención en los primeros versículos
al compromiso que cada persona debía hacer para formar parte de los
Campamentos de Israel. (D&C 136:1-4). Para finalizar me gustaría
que prestaran atención a otro discurso de la Conferencia del Abril
de 1997.
Nada Deben Temer
De La Jornada
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por el Elder M. Russel Ballard
del Quórum de los Doce
Apóstoles
Liahona Julio 1987,
p.67-69
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La Ruta De La Esperanza
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Representa el anhelo universal de toda
persona de encontrar un refugio seguro, una comunidad de Santos en la que
los corazones estén unidos y prevaleza la esperanza
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Una Fe Simple Arraigada En Los Principios Básicos
Del Evangelio Restaurado
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La fe que motivó a los pioneros
en 1847 y a los pioneros de otros países es una simple fe arraigada
en los principios básicos del Evangelio restaurado que sabían
que verdadera. Eso era todo lo que les importaba, y yo creo que es todo lo
que debiera importarnos a nosotros. Nuestra fe debe concentrarse en las verdades
fundamentales: que Dios vive, que somos Sus hijos, y que Jesucristo es Su
Hijo Unigénito y nuestro Salvador. Debemos saber que Ellos restauraron
Su Iglesia sobre la tierra en toda su plenitud por medio del profeta José
Smith.
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Una Ruta Cerca Del
Agua Fresca De Los Ríos
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Así como los pioneros de 1847 que
se aventuraron hacia el oeste por una ruta que los mantuvo relativamente
cerca del agua fresca de los ríos tales como el Platte y el Sweetwater,
debemos seguir y participar del Agua Viva de Cristo para renovar nuestra
fe y mantener nuestros esfuerzos mientras recorremos el camino de nuestra
vida terrenal.
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Recordar Con Asombro El Sendero Que Sólo
El Maestro Recorrió
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Todos estamos unidos, los pioneros del
siglo 19 y los del 20 y muchos más, en nuestra gran jornada para seguir
al Señor Jesucristo y permitir que Su sacrificio expiatorio obre su
milagro en nuestra vida. En tanto que todos podemos apreciar los pasos de
la fe con que José Smith y sus discípulos caminaron desde Palmyra
hasta la cárcel de Carthage y a través de las planicies, nunca
debemos dejar de manifestar nuestro asombro reverente al contemplar el sendero
que sólo el Maestro recorrió. Sus pasos fieles a Getsemaní
y al Calvario nos rescataron a todos y abrieron el camino para que regresemos
a nuestro hogar celestial.
No olvidemos que el Salvador es el Camino, y la Verdad, y la Vida, y no existe
una mayor promesa que el saber que si somos fieles algún día
nos veremos estrechados entre los brazos de Su amor (D&C 6:20).
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El Gozo Que Llenará Nuestro Corazón
Al Comprender El Significado Del Mayor De Los Rescates
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En aquel momento, de pie en la misma colina
desde la cual la compañía de Willie vio llegar a sus rescatadores,
pude apreciar el gozo que llenará nuestro corazón cuando comprendamos
plenamente el significado del mayor de los rescates, el rescate de la familia
de Dios por el Señor Jesucristo. Porque es por medio de Él
que tenemos la promesa de la vida eterna. Nuestra fe en el Señor Jesucristo
es la fuente del poder espiritual que nos asegurará que nada debemos
temer de la jornada. Yo sé que el Señor Jesucristo vive y que
merced a nuestra fe invariable en Él, nos acompañará
en nuestro viaje a través de la vida. Y lo testifico humildemente
en el nombre de Jesucristo. Amén.
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Muchos de los consejos que recibieron los pioneros para prepararse para la
jornada, y que se registran en D. y C. 136, se aplican también a la
jornada que nosotros realizamos. Los aliento a seguir el legado de fe que
nos dejaron los pioneros y demostrarles de esa forma nuestra gratitud.
Éter 12
41 Y ahora quisiera exhortaros
a buscar a este Jesús de quien han escrito los profetas y apóstoles,
a fin de que la gracia de Dios el Padre, y también del Señor
Jesucristo, y del Espíritu Santo,
que da testimonio de ellos, esté y permanezca en vosotros para siempre
jamás. Amén.
Copyright © 2005 por Daniel Plata. Todos los derechos
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