Lea Aquí La Porción de
Escrituras
del Libro de Mormón
¡Bienvenidos a la lección
de hoy! Como podrán ver hoy tenemos un tema muy especial. Como siempre,
el estudio que Ustedes puedan realizar en forma personal sobre este tema
es muy importante, dado que en la lección de hoy no podemos abarcar
todos los ángulos del mismo. Sin embargo, verán en la sección
"Lectura Adicional" que he preparado tres lecturas que serán de mucha
utilidad unidas a los materiales y otras fuentes de estudio que tengan a
su disposición. Nos basaremos en un momento de la clase de hoy en
las enseñanzas de Élder
Maxwell. He traducido el capítulo 5
de la obra "Los Cielos Resuenan" de Backman M.V. para que puedan seguir desde
un punto de vista histórico el desarrollo de los distintos intentos
que se realizaron en la época del Profeta por poner en práctica
los principios de la Ley de Consagración. Se ha escrito mucho sobre
el tema. Hoy tomaremos un aspecto que me parece describe muy bien la médula
de este principio.
Consagración
Y Mayordomía:
La Manera Del Señor Para Abastecer
Y Para Edificar Sión
|
D&C 104
13 Porque conviene que yo, el Señor, haga a todo hombre responsable,
como mayordomo de las bendiciones terrenales que he dispuesto y preparado
para mis criaturas.
14 Yo, el Señor, extendí los cielos y formé la
tierra, hechura de mis propias manos; y todas las cosas que en ellos hay son
mías.
|
- El Señor
Considera
Conveniente Que Se Asigne La Responsabilidad De Mayordomías Sobre
Las Bendiciones Terrenales
- El Señor
Es El Creador Y Dueño De Todas Las Cosas Que Hay Sobre La Tierra
|
conveniente = que conviene o es útil;
ser una cosa buena o útil para alguien o algo
responsable = que responde
de cierta cosa; consciente de sus obligaciones y pronto a obrar de acuerdo
con ellas
mayordomo = criado principal
a cuyo cargo está la administración de una cosa; en una hacienda,
encargado de los obreros y de administrar los gastos
|
D&C 104
15 Y es mi propósito abastecer a mis santos, porque todas las
cosas son mías.
16 Pero es preciso que se haga a mi propia manera; y he aquí,
ésta es la forma en que yo, el Señor, he decretado abastecer
a mis santos, para que los pobres sean exaltados, y los ricos sean humildes.
17 Porque la tierra está llena, y hay suficiente y de sobra;
sí, yo preparé todas las cosas, y he concedido a los hijos de
los hombres que sean sus propios agentes.
|
- El Señor
Tiene El Propósito De Abastecer A Sus Santos Con Sus Cosas De La Tierra
- El Señor Revela La Manera de Hacer Cumplir
Su Propósito
- La Tierra Tiene Suficiente Y De Sobra Para Todos
Sus Habitantes
- El Hombre Es Su
Propio Agente Para Poseer Las Bendiciones De La Tierra
- La Manera Del Señor
Establece Lazos De Igualdad Entre Los Hombres
|
abastecer = proporcionar víveres
u otras cosas necesarias, dotar de ello (aprovisionar, proveer, surtir)
es preciso = es necesario
o indispensable
|
18 De manera que, si alguno
toma de la abundancia que he creado, y no reparte su porción a los
pobres y a los necesitados, conforme a la ley de mi evangelio, en el infierno
alzará los ojos con los malvados, estando en tormento.
|
- La Ley Del Evangelio Requiere Que Se Reparta Una
Porción A Los Pobres Y A Los Necesitados Bajo Pena De Severos Castigos
|
GUÍA PARA EL ESTUDIO DE LAS ESCRITURAS:
CONSAGRAR, LEY DE CONSAGRACIÓN
Dedicar(se), santificar(se),
alcanzar la rectitud. La ley de consagración es un principio divino
por el cual hombres y mujeres dedican voluntariamente su tiempo, su talento
o habilidades y sus bienes materiales al establecimiento y la edificación
del reino de Dios.
¿Qué es la ley
de consagración? Es una forma organizada en que las personas consagran
su tiempo, sus talentos y sus bienes a la Iglesia con el fin de edificar
el reino del Señor y prestar servicio a Sus hijos.
Es conveniente
estudiar con atención D&C 42:
30-38 donde se halla en forma condensada el mandato de Dios sobre
esta Ley. Como complemento para poder tener una visión más
amplia desde un punto de vista histórico, les invito a leer el material
adicional " Los Cielos Resuenan: Capítulo 5"
escrito por Milton V. Backman.
A continuación
realizaremos la lectura de Nuestro Legado, páginas 25-26 donde se
explica en una forma muy resumida y básica las cosas que hemos presentado
hasta ahora.
Nuestro Legado, pp. 25-26
En 1831, el Señor comenzó
a revelar algunos aspectos de la ley de consagración, un sistema espiritual
y temporal que si se seguía con rectitud, bendeciría la vida
de los empobrecidos Santos de los Últimos Días. Bajo esa ley,
se pedía a los miembros de la Iglesia que consagraran o titularan
todas sus propiedades al obispo de la Iglesia, quien entonces les otorgaba
una heredad o mayordomía a los miembros. Las familias administraban
su mayordomía de la mejor manera posible; si al terminar el año
tenían un sobrante, éste se entregaba al Obispo para usarse
en el cuidado de los necesitados. El Señor llamó a Edward Partridge
para servir como el primer obispo de la Iglesia.
La ley de consagración se compone de principios y prácticas
que fortalecen espiritualmente a los miembros y traen como resultado una
relativa igualdad económica, eliminando así la avaricia y la
pobreza. Algunos santos la vivieron bien, para beneficio de ellos y los demás,
pero otros miembros no lograron elevarse por encima de sus deseos egoístas,
lo que ocasionó que con el tiempo se revocara esta ley de la Iglesia.
En 1838, el Señor reveló la ley del diezmo (véase D&C
119), la cual continúa en la actualidad como la ley económica
de la Iglesia.
|
|
Podemos Consagrar
Ahora
Nuestra Vida Al Señor
|
Consideremos ahora aspectos
prácticos de la aplicación de la Ley de Consagración
en la actualidad. Muchos de Ustedes durante la lección hay pensado
y otros han dicho, "Pero, en el Templo hacemos convenio de obedecer esta
ley". Así que cabe el momento de hacer alguna meditación sobre
esto. ¿Está o no está vigente este ley? Luego de la
lectura del material adicional presentado para esta clase, y de considerar
el tema con oración, muchos pueden llegar a la conclusión de
que hay distintas formas de poner en práctica este principio en la
vida personal y familiar.
Como santos de Dios, debemos
estar preparados y dispuestos a vivir la ley de consagración en su
plenitud. Sin embargo, no debemos aguardar a un día futuro para consagrar
nuestra vida al Señor. Al hacer todo lo que esté a nuestro
alcance por vivir la ley de consagración en la actualidad, estaremos
mejor preparados para vivirla en su plenitud cuando el Señor nos lo
pida. De todos modos, debemos estar seguros de que el Señor conoce
nuestras fortalezas y nuestras debilidades, y tiene vigente su propósito
de abastecer a los Santos y de edificar Sión. Hemos hablado ya en
este curso sobre el recogimiento de Israel (ver la Lección
#12). Así pues, el curso de acción que el Señor
determine para llegar o no a una PLENITUD de esta ley, está en Sus
manos. A nosotros nos corresponde pues prepararnos mediante las oportunidades
(que son muchas) ofrecidas en Su Iglesia AHORA en el Siglo XXI.
Consideremos
ahora el impresionante consejo y enseñanza de uno de los profetas
del Señor, el Élder Maxwell.
|
"Consagrad Vuestra Acción"
Élder Neal A. Maxwell
Del Quórum de los Doce Apóstoles
Liahona
Julio 2002, p.39
Estas palabras
están dirigidas a los que son imperfectos, pero que, a pesar de ello,
se esfuerzan en la familia de la fe. Como siempre, soy yo el primero que
debe prestar oídos.
Tendemos a pensar en la consagración
únicamente como el ceder nuestras posesiones materiales cuando se
nos solicite en forma divina; pero la verdadera consagración consiste
en entregarse uno mismo a Dios. Cristo utilizó las palabras inclusivas
corazón, alma y mente para describir
el primer mandamiento, el cual siempre está vigente de manera constante
y no periódica (véase Mateo 22:37). Si éste se observa,
nuestras acciones se tornarán, como resultado, en una consagración total para el
beneficio perdurable de nuestra alma (véase 2 Nefi 32:9).
2 Nefi 32
9 Mas he aquí,
os digo que debéis orar siempre, y no desmayar; que nada debéis
hacer ante el Señor, sin que primero oréis al Padre en el nombre
de Cristo, para que él os consagre vuestra acción, a fin de
que vuestra obra sea para el beneficio de vuestras almas.
Dicha totalidad comprende la
convergencia sumisa de sentimientos, pensamientos, palabras y hechos, que
es justamente lo opuesto del distanciamiento. "Porque ¿cómo
conoce un hombre al amo a quien no ha servido, que es un extraño para
él, y se halla lejos de los pensamientos y de las intenciones de su
corazón?" (Mosíah 5:13).
|
Les presento aquí una
imagen que pienso puede mostrar con claridad los principios principales de
la consagración. Se podría haber diseñado de otra manera.
Esto simplemente es una sugerencia englobando de alguna manera los materiales
que hemos presentado hasta ahora. El Élder Maxwell nos enseña
claramente que el primer gran mandamiento tiene en forma condensada el principio
constante de la consagración, porque el resultado de observar este
mandamiento es una consagración total. Esto lo he representado con
el #1 "Amar
A Dios". Tal como se enseña en D&C 104 y 42 podemos ver
que este mandamiento se encuentra "balanceado" de alguna manera con el mandato
de "Amar Al Prójimo" representado
por el #2. Luego les presento como
sugerencia los otros dos pilares de la Ley de Consagración. Se trata
de #3 Ley de Sacrificio. Veamos primeramente
el gráfico y luego analicemos algún otro detalle.
Debemos estar dispuestos a hacer
los sacrificios que el Señor requiere de nosotros en este momento.
Entre ellos están el sacrificar tiempo, talentos y bienes materiales.

¿Qué podemos hacer para consagrar nuestro tiempo, nuestros
talentos y nuestros bienes para la edificación del reino de Dios en
la actualidad?
a. Pagar
los diezmos y las ofrendas de ayuno y brindar de otras formas una ayuda generosa
a quienes lo necesiten. Al hacerlo, ayudamos a la Iglesia a cuidar
de los pobres y a llevar a cabo las actividades importantes y necesarias
para edificar el reino de Dios sobre la tierra. El élder Marion G.
Romney preguntó:
Élder Marion G. Romney, Conference Report,
abril de 1966, pág. 100
¿Qué nos prohíbe
dar en ofrendas de ayuno una cantidad equivalente al excedente que hubiéramos
tenido
que dar bajo la orden unida? Nada sino nuestras propias limitaciones.
b. Prestar
servicio de buena voluntad en la Iglesia. El Señor amonestó
a toda persona a aprender “su deber, así como a obrar con toda diligencia
en el oficio al cual fuere nombrado” (D. y C. 107:99). Debemos cumplir con
los llamamientos que recibimos de la mejor manera posible. Además
de los llamamientos específicos que tengamos en la Iglesia, podemos
dar a
conocer el Evangelio a los demás, realizar la obra del templo y tratar
de fortalecer el testimonio de quienes sean nuevos en la fe o no estén
muy firmes en ella.
c. Prestar
servicio misional regular. El élder Robert D. Hales, del Quórum
de los Doce, enseñó:
Élder Robert D. Hales, "Si Quieres Entrar
En La Vida, Guarda Los Mandamientos"
Liahona, julio de 1996, pág. 38
El cumplir una misión enseña a vivir la ley de consagración.
Quizás sea la única época en la vida de ustedes en la
que puedan darle al Señor todo su tiempo, sus habilidades y recursos;
a cambio, el Señor los bendecirá con Su Espíritu, estará
cerca de ustedes y los fortalecerá.
El #4 "No Guardarse Una Parte" parece ser
una verdadera "sorpresa" como "balance" de la Ley de Sacrificio. Les recomiendo
terminar de leer TODO el discurso del Élder Maxwell donde se dan precisamente
definiciones sobre lo que implica la frase.
A continuación les presento
un detalle de otra explicación que realizó el Élder
Maxwell analizando las formas en que podemos retener o quedarnos cortos en
nuestra consagración.
a. El no estar dispuestos
a someternos totalmente a la voluntad del Señor.
El élder Maxwell dijo:
“La sumisión de nuestra voluntad es la única cosa exclusivamente
personal que tenemos para colocar sobre el altar de Dios; todo lo demás
que le ‘damos’ es, en realidad, lo que Él nos ha dado o prestado a
nosotros. Pero cuando nos sometemos dejando que nuestra voluntad sea absorbida
en la voluntad de Dios, entonces, verdaderamente le estamos dando algo. ¡Es
la sola posesión exclusivamente nuestra que podemos dar!”
(“…Absorbida en la voluntad
del Padre”, Liahona, enero de 1996, pág. 27).
b. El no estar dispuestos
a renunciar a “las aspiraciones egoístas como la posición económica
o social, el tiempo, el reconocimiento y las posesiones” (“…absorbida en
la voluntad del Padre”, Liahona, enero de 1996, pág. 26).
c. El permitir que nuestros
pasatiempos y nuestras preocupaciones por cosas menos importantes nos absorban
demasiado.
d. El brindar servicio cívico
digno de encomio, pero mantenerse “relativamente [alejados] de los templos
de Jesucristo y de las Santas Escrituras” (“…absorbida en la voluntad del
Padre”, Liahona, enero de 1996, pág. 25).
e. El ser consciente de
los deberes relacionados con las responsabilidades familiares, pero no emular
el ejemplo de Jesús de ser cariñosos y amables con algunos
de los miembros de la familia.
f. El establecerse uno primero
en lugar de establecer el reino de Dios.
g. El dejar que las demás
personas disfruten públicamente de un talento que se tenga, y retener
en privado un particular orgullo.
h. El aceptar un llamamiento
de la Iglesia, pero tener el corazón más intensamente dedicado
a conservar una cierta función en el mundo.
(Véase “ Resolved esto en vuestros
corazones”, Liahona, enero de 1993, págs. 73–75; y “ …absorbida en la voluntad del Padre”,
Liahona, enero de 1996, págs. 25–27.)
|
|
Presidente
Brigham Young, Journal of Discourses, Tomo V, pág. 353
Tengo más miedo a la codicia
que haya entre nuestros élderes que a las huestes del infierno …
Todos los enemigos … que tenemos en el mundo, y todo el infierno reunido
con ellos contra nosotros,
no podrían hacernos más daño que la codicia que more
en el corazón de este pueblo;
ya que eso es idolatría.
Copyright © 2005 por Daniel Plata. Todos los derechos
reservados. Ninguna parte de este texto se puede
reproducir en forma o medio alguno para lucro comercial
sin el previo consentimiento por escrito por parte del
autor. Se pueden hacer copias digitales o impresas para distribuir
en forma gratuita para uso personal y público sin
uso comercial.
|